Hay algo que me dice que aún no has cambiado de rumbo, que sigues mis pasos en la oscuridad, te escondes en las sombras como un ladrón de corazones, por momentos pareces bajar la escalera virtual hacia la nada, pero inesperadamente la subes de nuevo hacia mi mundo, como si no existiera nada más, y eso me aturde el pensamiento, por momentos me deja sin respiración, aunque estos ya parecen dilatarse en el tiempo en un intento loco por sobrevivir a la vergüenza de sentirte aún dentro de mí.
Y yo solo sé que eso te da tranquilidad.