He venido a colmar tu inconmensurable universo,
Y no he encontrado más que la ligereza de mis carencias.
Al parecer me has otorgado la licencia de lo grandioso,
Y aún así, sigo pensando que no te he recorrido tanto como para llegarlo a ser.
Cautelosa espero el ébano de tu llegada,
Cuando tu sombra confusa distrae un rayo lunar,
Rememorando el pasaje bestial de los enamorados,
Entonces mi mente se intenta perfecta,
Para así dejar de pensar.