Mi gusto son tus abrazos,
Porque en ellos me recoges el alma,
Puedo hundir mi espalda frágil
En tu pecho cóncavo de precisiones,
En él buscan refugio mis incertidumbres,
Arrulladas por tu magistral sencillez,
Que me da lecciones de tranquilidad,
Agotando mi ansiedad hasta merecerla dormida.